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27 – Ángel

«La música es el punto en el cual se deshace la dicotomía entre la ciencia y el arte, donde cada cantidad es también una cualidad, y cada momento psíquico, físicamente demostrable».

Al llegar a El Olimpo le invade una sensación extraña… quizá la resaca de la última vez que estuvo allí, tras la entrevista con Ariadne. Desconcertado, contrariado, inspirado. Le sorprende encontrar a Ángel sentado al final de la barra, en el lugar que aquel día ocupaba él, esperándole. Mira el móvil para comprobar que efectivamente todavía faltan unos minutos para la hora de la cita.

– Vaya… Veo que hoy llegas dispuesto a sorprenderme.

Ángel le recibe con una sonrisa complacida, pero no tarda en recuperar un gesto pensativo.

– Las cosas cambian, ya sabes, cuando menos te lo esperas.

– ¿Eso quiere decir que hay novedades?

– Bueno, eso esperaba que me lo dijeras tú… Pilla una mesa anda, yo pido, ¿qué quieres tomar?

– Vino.

– Genial, copita de albariño en vena.

– Pide una botella mejor.

– Veo que realmente eres tú el que llega dispuesto a sorprenderme, jajaja.

Con la primera copa fluyen las anécdotas y comentarios ligeros sobre la actualidad del gremio; garitos que cierran, eventos que se cancelan y rivalidades entre promotores, principalmente.

Está claro que hay que moverse rápido, las oportunidades vuelan. Hoy estás y mañana nadie se acuerda. Por eso es tan importante el bolo en Luxury, salir en el cartel con la chica de moda y marcar presencia, lanzar cables.

– Ese enfoque da un poco de vértigo, ¿no crees?

– Pues parece que hay que agarrarse fuerte para no marearse, porque es lo que hay.

– También depende de lo que uno sea capaz de ver. Lo que hay es relativo al que observa.

– Bueno si nos ponemos filosóficos tal vez… Pero aquí, al final, la realidad es lo que impera.

– ¿Y cuál es la realidad? ¿Que la música es un producto usar y tirar?

– No se trata de la música, si no de la escena.

– Pero estamos hablando de una escena musical, ¿no? ¿De qué coño va a tratarse si no es de la música?

– Del negocio que la hace sostenible, principalmente.

– Claro pero el negocio tiene que ser para la música y no la música para el negocio. El orden de los factores altera mucho el producto.

– Pues claro Vic, aquí nadie te está discutiendo que no seas un artista, o que no tengas que serlo. Pero en el momento que se establece en tu modo de vida, también se trata de un trabajo. Eres muy bueno en tu trabajo, pero no te pierdas buscando una perfección que no existe.

– ¿Cómo dices?

– Bueno, dices que se trata de la música, ¿no? Pues la mayor parte del público que llena los eventos no entiende de música, entiende de nombres, de modas, de marcas, de sellos. Lo que es bueno no lo decide la masa, lo promulgan unos pocos que están muy bien colocados, en base a sus gustos e intereses. Y todo esto no hace falta que yo te lo explique.

– No soy un producto de masas, Ángel, ni puedo serlo. No quiero hacer música de temporada, ni sé hacerlo. Es importante que lo tengamos claro para poder seguir avanzando.

– Lo importante es que lo tengas claro tú, Vic.

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