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La Melodía Perfecta

12 – La Casa

«No toda música se escucha únicamente con los oídos. Hay otra música del alma conectada con las esferas, que da su razón de ser a la música audible».

Esta vez la masa líquida le envuelve por completo, pero no le oprime, ni le afixia. No la siente. Poco a poco va adquiriendo texturas, y convirtiéndose en orilla; arena, aire y agua… que traspasan su presencia, aunque no los puede tocar. No hay distancia, ni horizonte… solo éter.

A su derecha, unas líneas irregulares, angostas, marcan el perfil de un acantilado, sobre el que se difumina una casa de piedra envuelta en niebla. La verja está abierta y las ventanas cerradas. Y hay un sonido expansivo dentro. No puede oírlo, pero puede sentirlo. Hay una corriente magnética que le atrae hacia la puerta, pero antes de agarrar el pomo, la escena se desvanece.

La luz se ha infiltrado aprovechando que aquel desconcertante estado existencial en el que llegó a casa después del Mambo provocó que se durmiera sin haber bajado del todo la persiana. Apenas ha dormido unas horas, pero no encuentra invitación para volver al sueño. Es viernes, no hay bolo, y el estudio está esperando. Solo necesita un café como compañero, por si las musas tienen cosas más importantes que hacer.

Al abrir el proyecto se encuentra de nuevo con ese esquema de perdición que ayer parecía algo sólido y hoy es patraña mental. La idea de jugar con el silencio para crear momentos de ruptura le parece una harpía traidora después de haber escuchado a Trígono utilizar ese “truco” con gran maestría. Maldita noche y maldita casualidad, lo ha estropeado todo.

Aunque el recuerdo de esa mirada oscura no opina lo mismo… Quizá la conexión con la chica de la capucha fue solo producto de su imaginación. O quizá fue ella quien le abrió la puerta a su inspiración.

Los pensamientos al fin se traducen en armónicos que se acuestan en el pentagrama. Y al fin la densa arena negruzca se llena de brillos, y al fin el vaivén de las olas moja la superficie, y al fin llega la tormenta… y lo fulmina todo.

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